Descripción
HISTORIA
Los trabucos de chispa eran muy cortos, con cañones de una longitud menor a 60 cm, en una época en que el cañón de un mosquete medía más de 90 cm. El mecanismo de disparo se basaba en una piedra de sílex o pedernal, que al accionar el martillo producía la chispa que encendía la pólvora.
Todos estos trabucos requerían la recarga manual de su munición, que se introducía por la boca del cañón después de cada disparo. Generalmente el arma se cargaba con una sola bala de plomo, aunque también podía utilizarse con varias balas de menor tamaño (perdigones). Este trabuco, usado en el S.XVIII como predecesor de la escopeta, era muy impreciso, por eso resultaba útil en los abordajes, durante las batallas navales, donde el combate era a corta distancia. Además, estas armas se utilizaban para un solo disparo, puesto que el método de carga era muy lento y no se solía disponer de tiempo para recargarla. Por tanto los combatientes después de disparar se veían obligados a desenfundar sus sables o espadas o a usarlo como cachiporra, ya que las circunstancias no permitían recargarlo a tiempo.