Descripción
HISTORIA
En el combate, los golpes al torso causaban el daño más grave. El tórax, el abdomen, la espalda y la pelvis son el hogar de la mayoría de órganos vitales, lo que puede causar dolor a través de golpes o cortes e impactando en el lugar adecuado con un solo golpe, puede dejar al oponente incapacitado o incluso matarlo. No es raro que su protección siempre haya recibido la máxima atención, junto con la cabeza, en el desarrollo de las armaduras.
Colocada sobre la ropa, incluso las primeras armaduras tempranas perseguían el objetivo de ejercer como una tercera piel para proteger la parte superior del cuerpo de estocadas y cortes, absorber la energía de los golpes contundentes y mitigarlos mediante la distribución de la fuerza del impacto.
A lo largo de la Edad Media, la armadura textil era el método más común para proteger la parte superior del cuerpo. Asequible hasta cierto punto, incluso para combatientes y soldados de leva, el gambesón sirvió a muchos guerreros como una armadura independiente.
Aquellos que podían permitírselo usaban una cota de mallas a principios de la Edad Media, que cubría el torso hasta los muslos. También conocida desde tiempos anteriores, la armadura de escamas se encuentra ocasionalmente en uso en la Alta Edad Media.
El avance de las armas durante la Alta Edad Media requirió el refuerzo de la armadura. Además de la cota de malla, los caballeros llevaban, al final de la Alta Edad Media, una brigantina: una camisa de armar de tela o cuero, cuyo interior estaba discretamente cubierto con escamas o remaches de metal.
Con el auge de la armadura de placas a finales de la Edad Media, finalmente surge la coraza completa, una armadura de placas individuales para el pecho y la espalda. Esta estuvo en uso hasta que nacieron las armas de fuego, ante las cuales ofrecían poca protección.
MANTENIMIENTO Y RECOMENDACIONES
Los productos de metal requieren de unos cuidados para su correcto mantenimiento. La norma más importante es evitar todo lo posible la humedad (agua, sudor, salinidad, etc.). Almacenarla en un lugar seco y revisarlo cada varias semanas para detectar signos de oxidación. Si encuentra alguno, retíralo frotando el lugar afectado con un estropajo impregnado con aceite antioxidante.
Si la pieza se moja, es importante que la seque completamente tan pronto como sea posible.
Después de manipular, usar o tras de varios meses de almacenamiento o exhibición, todo el metal debe limpiarse con un paño limpio. Recomendamos lubricar ligeramente la superficie limpia con Spray Ballistol (aceite lubricante y antioxidante).
Siguiendo estos consejos, cada vez que asistas a un Rol en Vivo (LARP) tu armadura lucirá limpia y resplandeciente.